sábado, 6 de octubre de 2012

5 de octubre: un claustro extraordinario y una jornada histórica


Ayer se reunió el Claustro de la Universidad de Granada en sesión extraordinaria. El motivo aparente de esta convocatoria de Claustro era una doble petición: por parte del sector de los estudiantes, la petición de que se estudie e incluya el paro académico en la normativa correspondiente de la Universidad de Granada; por parte de un grupo de claustrales, fundamentalmente profesorado, la petición a la UGR de que se realizara una declaración institucional en relación con el Real Decreto-Ley 14/2012, de 20 de abril, y el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Junta de Andalucía 2012-2014.

En relación con la primera petición, el Rector se comprometió a comenzar las actuaciones conducentes a incluir el paro académico entre los derechos del alumnado de la UGR. En relación con la segunda, tras un amplio debate se creó una comisión ad hoc que elaboró una declaración institucional, que puedes ver en la web de la UGR y que copio a continuación:

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL DEL CLAUSTRO EXTRAORDINARIO DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA, CELEBRADO EL 5 DE OCTUBRE DE 2012, ANTE LA PROMULGACIÓN DEL REAL DECRETO-LEY 14/2012, DE 20 DE ABRIL, Y LA PUBLICACIÓN DEL PLAN ECONÓMICO-FINANCIERO DE REEQUILIBRIO DE LA JUNTA DE ANDALUCIA 2012-2014.

El Claustro de la Universidad de Granada, en su sesión de 5 de octubre de 2012, declara que las medidas contempladas en el Real Decreto-Ley 14/2012, de 20 de abril, y en el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Junta de Andalucía 2012-2014, están ocasionando considerables pérdidas en la calidad y en los resultados de las actividades docente e investigadora, que constituye la esencia y razón de ser de la universidad pública, y dificultando el acceso en igualdad de oportunidades a la educación superior.
Con motivo de la coyuntura económica, la nueva normativa introduce medidas estructurales que no han sido estudiadas ni negociadas en las distintas instancias de negociación, incluidas las sindicales.
El incremento de los precios públicos de la segunda y sucesivas matrículas está impidiendo la continuidad en los estudios universitarios de aquellas personas con menores rentas y poder adquisitivo. Además, el aumento de las exigencias en los requisitos de las becas estatales también supondrá una limitación importante para los estudiantes con menos recursos. A ello hay que unir la minoración de las ayudas dirigidas a la movilidad internacional de los estudiantes.
Los cambios en la dedicación docente del personal docente e investigador, en caso de aplicarse rigurosamente las prescripciones de la actual normativa vigente, afectarían negativamente al rendimiento, calidad y desempeño de sus tareas universitarias. Asimismo, las reducciones de las subvenciones a la investigación, así como las fuertes restricciones de las ofertas de empleo público –tanto en el sector docente e investigador como en el de administración y servicios– condicionan muy negativamente el adecuado desempeño de las funciones que tiene la universidad asignadas.
El Claustro de la Universidad de Granada no puede permanecer ajeno a los perjuicios que para la función docente e investigadora y la gestión representa el Real Decreto-Ley 14/2012, de 20 de abril, y el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Junta de Andalucía 2012-2014, manifestando que:
Dentro de los límites permitidos por el marco legal definido en el Real Decreto-Ley 14/2012, de 20 de abril, y en el Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Junta de Andalucía 2012-2014, manifiesta su disconformidad con estas medidas normativas. Al mismo tiempo, esta institución universitaria se reafirma en su compromiso con la defensa de la autonomía universitaria, la docencia y la investigación y el derecho a la educación superior, entendidas como uno de los principales motores de desarrollo económico y social de nuestro país.
La Universidad de Granada se compromete con la defensa del modelo de universidad pública y de calidad e insta al Equipo de Gobierno a seguir manteniendo su política de minimización de los efectos de estos cambios normativos.
Considerando los argumentos expuestos, este Claustro entiende que es imprescindible que los gobiernos estatal y autonómico reconsideren sus recientes políticas en materia de educación superior, evitando los efectos lesivos sobre la actividad universitaria que se derivan de sus últimas reformas legislativas.
Finalmente, el Claustro solicita de la sociedad el apoyo en la defensa del servicio público universitario que garantiza progreso, futuro y cohesión social.
Así pues, estas son las dos conclusiones (aparentes) de este claustro, que en si mismas ya me parecen importantes.

Sin embargo, en el debate que precedió a estas dos conclusiones salieron a la luz otros asuntos que llamaron mi atención incluso por encima de estas dos conclusiones.

Por un lado, se debatió con intensidad el sentido de los problemas acaecidos el pasado lunes 1 de octubre en la inauguración oficial de curso en la Universidad de Granada. En realidad todos los asistentes coincidieron en valorar como muy desafortunados los sucesos del lunes 1 de octubre, aunque por motivos distintas: unos por la imposibilidad de realizar el tradicional acto institucional con tranquilidad, otros por la presencia de la policía en este acto. Entre unos y otros había también, afortunadamente, voces que invocaban al diálogo como vía de solución de estos problemas.

Por otro lado, fueron muchos los claustrales que solicitaron al Equipo Rectoral comunicación, información y, una vez más, diálogo. Se hablaron de líneas rojas que deberían ser asumidas por la universidad (becas, empleabilidad,...), de la necesidad de que el Rector y su equipo visiten los centros y conozcan sus necesidades o del interés por conocer las decisiones del Equipo Rectoral que inciden en la defensa de la universidad pública y en la lucha contra los recortes (aumento de becas, gestiones para mantener la plantilla, etc.). Se habló, en general, de que "en estos tiempos que corren" la universidad no puede tener menos sino más democracia, más transparencia y más información.

Creo que esta es, en mi humilde opinión, la conclusión más importante de este Claustro de la Universidad de Granada. Frente a un Claustro que solo sirve para ratificar decisiones tomadas en el Consejo de Gobierno, el Claustro de ayer fue un Claustro con voz propia, o mejor, con múltiples voces. Y esas voces pedían, y se pedían a si mismas, democracia frente a la crisis, diálogo frente a los enfrentamientos y comunicación frente a las políticas impuestas. Sólo a través de la democracia, el diálogo y la comunicación podemos encontrar soluciones conjuntas para la difícil situación en la que vivimos. Ayer fue un día histórico porque la UGR se puso en pie institucionalmente: ya está bien de vivir arrodillada.